Nosotros
Somos una comunidad educativa franciscana que busca transformar el mundo desde la sencillez, la fraternidad y el cuidado de la casa común. Formamos integralmente a cada estudiante, acompañando su crecimiento humano, académico y espiritual, para que desarrollen pensamiento crítico, autonomía y una mirada global.
Nuestro enfoque pedagógico invita a indagar, reflexionar y actuar con responsabilidad frente a los desafíos de hoy, siempre desde un ambiente cercano y colaborativo.
Aquí, cada estudiante encuentra un espacio para descubrir quién es, qué lo inspira y cómo puede aportar al bien común, dentro de una comunidad que camina unida: familias, docentes y estudiantes construyendo futuro desde el corazón.
Somos una comunidad educativa franciscana que busca transformar el mundo desde la sencillez, la fraternidad y el cuidado de la casa común. Formamos integralmente a cada estudiante, acompañando su crecimiento humano, académico y espiritual, para que desarrollen pensamiento crítico, autonomía y una mirada global.
Nuestro enfoque pedagógico invita a indagar, reflexionar y actuar con responsabilidad frente a los desafíos de hoy, siempre desde un ambiente cercano y colaborativo.
Aquí, cada estudiante encuentra un espacio para descubrir quién es, qué lo inspira y cómo puede aportar al bien común, dentro de una comunidad que camina unida: familias, docentes y estudiantes construyendo futuro desde el corazón.
La fraternidad que vivimos cada día es el inicio de todo cambio. 🌎 ❤️
Nuestro propósito
Misión
Formar líderes cristianos con propósito, quienes desde su fe, se formen en la sencillez, la promoción de la paz, la fraternidad y el cuidado de nuestro planeta buscando trascender desde el servicio a los demás.
Visión
Ser una comunidad educativa que, desde la relación fraterna y el cuidado de la casa común promueva la conversión socio ecológica, la formación integral y la convivencia pacífica global.
Pilares
Sencillez
Fraternidad
Cuidado de la Casa Común
Perfil de nuestra comunidad
Indagación
Cultivamos nuestra curiosidad, a la vez que desarrollamos habilidades
para la indagación y la investigación. Sabemos cómo aprender de manera autónoma y junto con otras personas. Aprendemos con entusiasmo y mantenemos estas ansias de aprender durante toda la vida.
Conocimiento
Desarrollamos y usamos nuestra comprensión conceptual mediante la exploración del conocimiento en una variedad de disciplinas. Nos comprometemos con ideas y cuestiones de importancia local y mundial.
Razonamiento
Utilizamos habilidades de pensamiento crítico y creativo para analizar y proceder de manera responsable ante problemas complejos. Actuamos por propia iniciativa al tomar decisiones razonadas y éticas.
Comunicación
Nos expresamos con confianza y creatividad en diversas lenguas, lenguajes y maneras. Colaboramos eficazmente, escuchando atentamente las perspectivas de otras personas y grupos.
Integridad
Actuamos con integridad y honradez, con un profundo sentido de la equidad, la justicia y el respeto por la dignidad y los derechos de las personas en todo el mundo. Asumimos la responsabilidad de nuestros propios actos y sus consecuencias.
Mentalidad abierta
Desarrollamos una apreciación crítica de nuestras propias culturas e historias personales, así como de los valores y tradiciones de otras personas. Buscamos y consideramos distintos puntos de vista y mostramos disposición a aprender de la experiencia.
Solidaridad
Mostramos empatía, sensibilidad y respeto. Nos comprometemos a ayudar y actuamos con el propósito de influir positivamente en la vida de las personas y el mundo que nos rodea.
Audacia
Abordamos la incertidumbre con previsión y determinación.
Trabajamos de manera autónoma y colaborativa para explorar nuevas ideas y estrategias innovadoras. Mostramos ingenio y resiliencia cuando enfrentamos cambios y desafíos.
Equilibrio
Entendemos la importancia del equilibrio físico, mental y emocional para lograr el bienestar propio y el de las demás personas. Reconocemos nuestra interdependencia con respecto a otras personas y al mundo en que vivimos.
Reflexión
Evaluamos detenidamente el mundo y nuestras propias ideas y experiencias. Nos esforzamos por comprender nuestras fortalezas y debilidades para, de este modo, contribuir a nuestro aprendizaje y desarrollo personal.
Conoce nuestra nueva propuesta educativa, diseñada para acompañar a cada estudiante en su crecimiento integral, con una mirada global, humana y franciscana.
Historia
Más de 70 años transformando el mundo
desde el amor.
La historia del Colegio Nuestra Señora del Pilar nace del profundo compromiso de las Hermanas Franciscanas del Espíritu Santo (Montpellier). Durante su travesía en barco hacia tierras americanas, prometieron a la Virgen del Pilar dedicarle uno de sus colegios como muestra de gratitud por su protección.
Ese sueño se hizo realidad en 1954, cuando fundaron en Lima el Colegio “Nuestra Señora del Pilar”, en una casona de Miraflores que pronto se convertiría en un espacio de acogida, formación y encuentro.
Con el paso del tiempo y el crecimiento de la comunidad, en 1965 el colegio se trasladó a un terreno más amplio en la urbanización Santa Catalina, lugar que desde entonces ha sido hogar de generaciones de estudiantes y familias.
Más de siete décadas de servicio educativo han tejido una historia marcada por la fraternidad: exalumnas, estudiantes, colaboradores y hermanas religiosas han construido una comunidad viva, unida por valores y un mismo espíritu.
Nuestro querido “Paz y Bien” resume lo que somos: una educación integral que forma a la persona en todas sus dimensiones —espiritual, intelectual, emocional, social y corporal— y que invita a vivir con alegría, sencillez y esperanza.
La energía y fuerza de más de medio siglo al servicio educativo, contienen los lazos de fraternidad que se han tejido entre exalumnas, estudiantes, colaboradores y hermanas religiosas que forman parte de nuestra historia.
Nuestro famoso “Paz y Bien”, expresa la esencia de nuestra formación integral de las personas en los aspectos espiritual, intelectual, emocional, social y corporal.
La educación cristiana es una semilla para el presente y el porvenir”
La Congregación de las Hermanas Franciscanas del Espíritu Santo (Montpellier) fue fundada el 19 de marzo de 1861 por Carolina Barón, una mujer de profunda fe y sensibilidad hacia los más vulnerables. En una Francia marcada por la pobreza, la orfandad y las heridas sociales que dejó la Revolución, Carolina y las primeras hermanas reconocieron la urgencia de responder con amor, educación y presencia.
Movidas por un mismo espíritu de servicio, abrieron escuelas rurales donde la educación no solo formaba, sino que cuidaba. Allí, niñas, niños y adolescentes encontraban un espacio seguro para crecer, aprender y sentirse acompañados.
Carolina Barón veía la educación como un acto de ternura y evangelización. Por eso repetía a las maestras: “Sois las responsables de su inteligencia y de su corazón”. En esa frase se resume un legado que sigue vivo: formar personas completas, con mente despierta y corazón abierto.
Su visión sembró una semilla para el presente y el futuro, una misión que hoy continúa guiando nuestro camino educativo y espiritual.
Nuestra comunidad educativa
Nuestros docentes conforman comunidades de innovación, indagación y aprendizaje continuo, donde reflexionan sobre sus prácticas y se mantienen actualizados en metodologías que promueven la agencia, el aprendizaje significativo y el desarrollo integral de cada estudiante.
Como parte de nuestro camino IB, nuestros educadores viven los Atributos del Perfil de la Comunidad de Aprendizaje, fomentando una cultura de pensamiento, curiosidad y conexión con el mundo. Cada docente acompaña a sus estudiantes desde una mirada afectuosa, respetuosa y cercana, reconociendo sus ritmos, intereses y potencialidades.
En nuestra esencia franciscana, creemos que educar es un acto de amor: formar personas capaces de aprender con alegría, convivir con empatía y transformar su entorno con responsabilidad. Este compromiso hace que cada experiencia en el aula sea profunda, auténtica y duradera.
Nuestro equipo formativo está conformado por psicólogas y especialistas en necesidades educativas especiales, afectividad y tutoría. Desde una mirada multidisciplinaria e inclusiva, acompañan el proceso de desarrollo evolutivo, emocional, social y académico de nuestros estudiantes, promoviendo su bienestar y su capacidad de aprender con confianza y autonomía.
En coherencia con el enfoque del IB, nuestro equipo fomenta habilidades socioemocionales, el aprendizaje autoregulado, la comunicación asertiva y la construcción de relaciones empáticas dentro de la comunidad. Además, brindan orientación cercana y permanente a nuestros padres de familia, fortaleciendo la alianza escuela–familia y creando un entorno seguro, afectivo y propicio para el aprendizaje.
Nuestro equipo administrativo está al servicio de todas las personas de la comunidad educativa. Su labor, realizada con eficiencia y responsabilidad, siempre está acompañada de sencillez, amabilidad y cercanía, valores propios de nuestra identidad franciscana.
Ellos también viven el espíritu de fraternidad, servicio y acogida, brindando una atención cálida que pone en el centro a cada persona. Su trabajo diario contribuye a crear un ambiente organizado, humano y confiable, donde estudiantes, familias y colaboradores se sienten acompañados con respeto y amor.
Nuestro equipo de mantenimiento es el corazón silencioso que cuida cada rincón del colegio. Con dedicación y compromiso, se encargan del mantenimiento de los espacios, la limpieza diaria y la seguridad del mobiliario e infraestructura. Su labor permite que estudiantes, familias y colaboradores encuentren un ambiente ordenado, seguro y acogedor.
Con un profundo sentido del cuidado de la casa común, trabajan con responsabilidad, respeto y espíritu franciscano. Son guardianes de nuestro entorno, promoviendo prácticas sostenibles y recordándonos, con su ejemplo, el valor de proteger y preservar todo lo que compartimos. Gracias a su servicio constante, nuestra comunidad puede vivir, aprender y crecer en un lugar armonioso, limpio y lleno de vida.
Padres de familia
¡Somos más de 600 familias que construyen comunidad día a día!
Nuestros padres de familia participan con entusiasmo en diversas actividades que fortalecen el aprendizaje y la vida escolar: talleres académicos, formativos y espirituales; espacios de acompañamiento; y actividades de integración como la Confraternidad Pilarica.
Su participación activa refleja nuestro compromiso compartido con el desarrollo integral de los estudiantes y pone en práctica elementos del Perfil de la Comunidad de Aprendizaje del IB, como ser solidarios, equilibrados y comunicadores.
Las familias, con su espíritu fraterno y colaborador, son parte esencial de la identidad pilarica y del camino que recorremos juntos en favor de una educación con amor, propósito y comunidad.
¡Pilaricas para toda la vida!
Nuestras exalumnas, orgullosas de llevar siempre el nombre del Pilar, mantienen vivo el espíritu franciscano que las formó. Cada año se reúnen para revivir los momentos más significativos de su etapa escolar y fortalecer los lazos de fraternidad que nacieron en nuestras aulas.
Participan activamente en iniciativas de ayuda solidaria, en conversatorios vocacionales para nuestras estudiantes y también en los grandes encuentros de nuestra comunidad: la Confraternidad Pilarica, donde se suman a las actividades deportivas, y las celebraciones por el aniversario del colegio, compartiendo la alegría de seguir siendo parte de esta historia.
Ser Pilarica es pertenecer a una comunidad que acompaña, sirve y transforma… para toda la vida.
“Ser Pilarica es un sentimiento basado en valores que guían mi camino para lograr el crecimiento de nuestro país”.
Angie Sibel Trujillo Zambrano – Ingeniera Agrónoma
Promoción 2013 “Lumen Fidei”
